¿Dónde encontrar la típica ama de casa agobiada del día a día para incitarla a cambiar de aires? Pues en el supermercado. Ahí me planté y me encontré a una guapetona de treinta y tantos, como un bombón, que en seguida estaba dispuesta a dar un paseo por el bosque conmigo. ¡No veas cómo acabó esto! Me enseñó las verduras que había comprado y se metió una berenjena en el coñete. ¡Lo nunca visto! Aproveché para darle por el culo y nos lo pasamos a lo grande. Me encantan las maduritas porque son la monda; se las saben todas y disfrutan más que nadie :)